Menú

Mala Praxis debida a factores institucionales. Por el Bioingeniero Edgardo Díaz

Orígenes

Muchos de nosotros, más aún los que somos oriundos del interior del país, recordamos al médico de pueblo y al médico cabecera de familia. Esa persona que con alguna especialidad desarrollada en su período de residencias se instaló en la región a los efectos de ejercer su profesión y terminó representando el eje de consultas de todo tipo de afecciones para bebés, niños, adultos y mayores. Ese médico, “el dotor”, que tenía la última palabra como un dictamen de la corte suprema de justicia en el devenir de nuestro futuro cuando algún mal nos acomplejaba. En esos tiempos, era gran responsabilidad el lidiar solo con el intelecto y las pocas herramientas que para la época podían conseguirse. El accionar de esa persona, no se dudaba, no se apelaba, ni querellaba.

Ciertamente quizás haya podido salvar una que otra vida aplicando otro criterio u otra medicación, o quizás haberlo derivado a tiempo a un centro mas urbano con otro tipo de herramientas e interconsultas a la experiencia de sabios eruditos en la materia. “Quizás, quizás se hubiese salvado….”, pensando en lo bajo.

Los tiempos cambiaron, la llegada de especializaciones, la apertura al conocimiento, instrumentos, equipamiento sofisticado, las comunicaciones, técnicas multidisciplinarias, hospitales compartimentales y decisiones complementadas con la evidencia de datos, registros e imágenes, han hecho que el médico tenga que vivir ya con un entorno para el cual es dependiente.

A esto le sumaremos que el mismo médico trabaja en distintas instituciones, cuya infraestructura y condiciones funcionales y de higiene, condicionan su tarea cotidiana.

En el caso más representativo de áreas cerradas (quirófanos, unidades de terapia intensiva, neonatología, laboratorio, esterilización) una sensible diferencia en el cuidado del ambiente, cambia radicalmente el resultado de un tratamiento o la evolución de un paciente.

Los siguientes ejemplos de hechos consumados, muestran como la mala o inexistente gestión de la tecnología médica y de la infraestructura hospitalaria, generan una condición de contorno muy desfavorable para que los médicos ejerzan su rol desde su principal herramienta: el intelecto y la experiencia.

La mayoría de los incidentes / accidentes de mala praxis tienen como causa un descuido técnico o de procedimientos. Van algunos ejemplos:

  • Se produce la muerte de pacientes en una Unidad de Terapia Intensiva en un hospital de Buenos Aires dado que el grupo electrógeno no encendió a tiempo.
    Muchos respiradores dejaron de cumplir su función esencial cuando un corte abrupto de energía no tuvo el respaldo  eléctrico de continuidad del servicio
  • El juez imputa a dos médicos por una deflagración súbita durante un parto
    El bisturí eléctrico hizo que prendieran los vapores del desinfectante al hacer la cesárea a la madre, que sufrió quemaduras de segundo grado
  • Cae una lámpara scialítica encima de una mesa quirúrgica en una clínica de Rio Negro por débil anclaje al techo
    Una lámpara de quirófano cae durante el proceso quirúrgico encima de un paciente generando en sus piernas grandes contusiones
  • Paciente se infecta con una bacteria de otro paciente al compartir respirador en una terapia intensiva, en el partido de Moreno, provincia de Buenos Aires
    Un respirador que había sido utilizado por un paciente infectocontagioso, transmitió la bacteria a otro que solamente estaba con recuperación post-quirúrgica

Un paciente falleció en un centro de recuperación cardiovascular al no ser atendido ante una fibrilación ventricular. Todas las alarmas del monitor estaban apagadas
Las alarmas del monitor de parámetros vitales de un paciente de recuperación cardiovascular, habían sido desconectadas por la noche por el ruido que generaban

entre otros….

Mínimas acciones consistentes en el tiempo tales como:

  • una auditoría técnica inicial (evaluando el estado de riesgo de la institución)
  • un plan de acción continuo para eliminar fuentes de riesgo
  • un seguimiento y cumplimiento del plan recategorizando el nivel de riesgo, no solo hacen que el riesgo intrínseco del hospital o clínica disminuya sino que lo ubica dentro de una zona más segura y manejable para la cantidad de acciones simultáneas que suceden en estos centros todos los días del año.

“Lamentablemente a la fecha, el costo del seguro por mala praxis en las instituciones de salud solo obedece a un peso económico dentro de los costos. Por lo tanto, aparece un enorme impacto en costos ocultos por no gestionar riesgos.”

Una manera de accionar dinámica y preventivamente es anticiparse y haciendo eficiente los parámetros que conforman las finanzas de los hospitales y clínicas. Trabajando en la disminución de sus riesgos y con ello a la reducción de su costo anual de seguros de mala praxis institucional.

Asimismo, el profesional médico que ejerza en instituciones con un plan activo en reducción de riesgos, puede solicitar a su seguro la readecuación en el costo de su seguro personal, pudiendo demostrar efectivamente el cambio en el nivel de exposición a riesgos.

El consenso de una matriz de riesgos con las partes interesadas y la elección de profesionales idóneos en la gestión de Tecnología Médica e Infraestructura Hospitalaria, ayudará sinérgicamente a la diferenciación en la reducción de costos y elevando la prestación en el apoyo al médico que en definitiva es quien debe tratar al paciente que confía en su criterio.

Fuente: diagnosticsnews.com